En una época de clickbait desenfrenado lleno de titulares sensacionalistas, preguntarse por qué hay pocas novelas de humor y género puede ser el peor posicionamiento de SEO que hayas visto en años. Pero “lo que pasó a continuación te sorprenderá”.

Terry Pratchett fue durante muchos años uno de los autores más vendidos del Reino Unido, con una influencia cultural mundial que sigue bastante vigente pese a llevar unos cuantos años muerto, por lo que no hace promoción ni lanza novedades. Aunque solo fuera por intentar conseguir algo de su fama y fortuna, uno esperaría que le hubieran salido miles de discípulos, alumnos o imitadores, de la misma manera que en todo el mundo hay miles de autores escribiendo thrillers “a la americana” para petarlo mucho y conseguir la peli o la serie de Netflix. Y no es el caso.
Las librerías de cada país están inundadas de thrillers medio sobrenaturales, con asesinos muy rebuscados y policías torturados, pero en cambio, cuesta encontrar algo que tenga la ambiciosa potencia cómica del Mundo Disco, el humor galáctico de Douglas Adams, o la fascinante mezcla de todos los mejores elementos del mundo que es La princesa prometida de William Goldman.
Lo curioso es que cuesta encontrarlo en literatura “adulta”, porque en infantil las novelas fantásticas de humor triunfan a lo bestia. Los bestsellers de Dav Pilkey o aquí mismo las series de Pedro Mañas, Roberto Santiago o de un tal Martín Piñol del que casualmente tengo todos sus libros, por decir unos cuántos, son un ejemplo concreto y reciente de que hay un público enorme y feliz esperando esa combinación que lo tiene todo.
Si nos centramos específicamente en el panorama cultural de nuestro país, como escritor de comedia en todos los formatos (literatura, guiones audiovisuales, monólogos, prensa, etc…) te puedo certificar que se gana mucho dinero con la comedia… excepto si se trata de novelas adultas.
Si en España ya es raro escribir género que trascienda más allá de los (¿3.000?) lectores habituales, imagínate cuando quieres combinarlo con el sabor del cachondeo.
Porque la mezcla de humor y género, en vez de darnos el doble de público, nos deja en una tierra de nadie donde muchos no se acaban de sentir cómodos.
El que quiere reír no siempre quiere robots, elfos o vampiros, y el fan tradicional de la aventura épica a veces no está para risas.
Con lo cual, nuestra esperada operación alquímica para conseguir una barbaridad de lectores y royalties puede convertirse en una pesadilla, a nivel de colocar el proyecto y de vender ejemplares.
Y es que la mayoría de las editoriales que se atreven a lanzar estos libros que tanto nos gustan a ti y a mí suelen ser editoriales medianas o pequeñas, independientes, sostenidas por una o dos personas, que poco pueden conseguir más allá de publicarte el libro, mostrarlo en su web y llevarlo a alguna feria. Así que estas novelas, por originales y graciosas que sean, tienen muy pocos números de ser conocidas, encontradas, leídas y recomendadas. Pensemos por ejemplo en Christopher Moore, que es bestseller del New York Times, pero aquí ha ido pasando de editorial en editorial sin pena ni gloria.
Por lo tanto, visto todo esto, ¿quién se pone a escribir humor friki? Pues los insensatos que creemos en el género y que aspiramos a que la gente suelte carcajadas en el metro, en la cama, en el váter o donde sea que nos acaben leyendo. Los que vamos escribiendo sin esperar ni premios, ni prestigio, ni reportajes, ni listas de los libros más influyentes del año. Porque Sin noticias de Gurb tiene ya treinta años y hay que hacerle un relevo para que pueda descansar ya.
Me sería más fácil y motivador decirte que el mundo entero necesita reír y que está esperando tu novela de humor, como hacen muchos gurús de la autopublicación que quieren sacarte la pasta con embudos de venta y anuncios absurdos en Instagram. Pero creo que te conviene saber todo esto si es que en algún momento también quieres escribir tu gran novelón de humor.
Si es la fama o la fortuna lo que persigues, cambia de género o mejor directamente cambia de profesión.
Pero si lo que quieres es escribir la historia que te gustaría leer o que necesitas contar, adelante.
Somos poquitos y simpáticos y nos encantará compartir contigo ese estante de miserable miscelánea que es la sección de humor de muchas librerías (cuando lo tienen, que a veces ni eso).
Y sin hacerte spam de Instagram, si necesitas ayuda en el proceso, quizá te resulte interesante o bastante divertido mi curso de Phantastica, que está lleno de contenido útil y cachondeo divulgativo.
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