La influencia de la mitología en nuestra vidas cotidianas va mucho más allá de lo que podamos imaginar
Los dioses, decían los griegos, son caprichosos. De vez en cuando, sin previo aviso, deciden interferir en los asuntos de la humanidad. Tal vez por ello, o para celebrar que este año he impartido para Phantastica el curso ‘Más allá del viaje del héroe’ (lo podéis disfrutar en este enlace), me he topado hasta por tres veces estos días con un pequeño ejercicio que alguna vez he empleado para saber cuán adentrado anda el personal en lo que Romà Gubern llama ‘la fiesta mitogénica’. El ejercicio, muy breve, es el siguiente:
Un viernes de junio, Héctor sale de la clínica Quirón, toma su Renault Clio, se acerca a un museo y visita una exposición sobre Marte, pero descubre a una vecina que es una arpía y, presa del pánico, decide huir y quemar su furia luchando contra el cronómetro en una pista de atletismo.
¿Cuántas referencias mitológicas hay en esta historia?
Os animo a probarlo, aunque sea por juego o placer. ¿Lo tenéis? ¿Ya? No hagáis trampas, miradlo primero… ¿Ahora sí? De acuerdo, ¿cuántas referencias os salen? Si las habéis encontrado todas (es decir, doce, como los dioses olímpicos), enhorabuena, podéis brindar con icor y elegir a placer, que diría Nietzsche, entre lo apolíneo y lo dionisiaco. Si os salen menos, pero más de nueve… felicidades igualmente, sois lectores cultos y apuesto a que buenos lectores de géneros fantásticos. En caso de que os salgan de seis a nueve… bueno, entonces estáis en la media de un lector generalista, aunque no muy sobrado, quizá os toque pagar entrada y convencer al cancerbero para que os deje entrar en la fiesta mitogénica. Eso sí, si no sabéis detallar ni media docena… preocupaos, y no es broma. Porque la mitología, aunque no seamos conscientes de ello, es omnipresente, en los libros y en la vida cotidiana, e ignorarlo es como ver la realidad sin la pastilla roja de Matrix, o más para nota, sin las gafas del Están vivos de Carpenter. Y no me refiero, por cierto, solo a la mitología greco-romana, que es la que en este caso proponía el ejercicio.

Si toda escritura tiene algo de diálogo con la tradición, y si todo aquello que no es intertextualidad es plagio, escribir sin tener en cuenta las claves de la mitología es hacerlo, y me quedo corto, con una mano a la espalda. Más allá del ejemplo, días de la semana, signos del zodíaco, planetas, satélites, galaxias, elementos químicos, mares, países, continentes, animales, plantas, minerales, nombres propios, instrumentos musicales, marcas publicitarias y decenas de expresiones como ser un Adonis, caer en brazos de Morfeo, no perder la esperanza, poner los cuernos o sentir las flechas del amor demuestran que ni tirios ni troyanos pueden obviar el sustrato mitológico que afianza nuestra sociedad. Ignorarlo supondría agrandar lo que Joseph Campbell, el mitógrafo oficial de Hollywood, denominó hace décadas “el gran talón de Aquiles” de la civilización occidental.
E ignorarlo siendo escritores, ya puestos, es más grave. Para ciertos autores, entre los que me cuento, se parece a la confusión entre ‘ay’, ‘hay’ y ‘ahí’ que nos lleva a darle a la izquierda en Tinder. O, como decía Andy Warhol, a aquello de ir a casa de alguien a echar un polvo y salir por piernas al ver que no tiene ningún libro.
Estoy bromeando, claro, pero solo en parte. La buena noticia es que es fácil, y un placer, mejorar nuestras herramientas literarias con la mitología. Con sus historias, sus personajes… y sus estructuras. De hecho, es tan fácil como seguir el enlace citado y empezar el curso ‘Más allá del viaje del héroe’ que mencionábamos al principio. No lo digo por decir, ya lo veréis. La mitología no es un cuento. Ni la necesidad de aplicarla, un mito.
Tenedle fe al consejo, aunque sea pagano. Y en caso contrario, que estáis en vuestro derecho, no me mandéis al infierno. Hacedlo al menos al Hades, ya que estamos: como es persona y lugar a un tiempo, será mucho más entretenido.
Curso El viaje del héroe
Para construir una historia, hay que conocer las etapas del «viaje del héroe» (los conceptos que aparecen una y otra vez en todos los relatos de civilizaciones muy distintas).
En este curso, Ricard Ruiz Garzón va más allá de las 12 etapas típicas del viaje del héroe en busca de su base mítica, para proporcionarte herramientas prácticas que te ayuden cuando te encuentres estancado con alguno de tus relatos.
En el curso, repasa las etapas clásicas y analiza sus claves, pero sobre todo, te sugiere darles la vuelta, con ejemplos, ideas y nuevas formas de trabajo.
